5/11/08

Límite cuano x tiende a felicidad

El domingo pasado estuve hablando con uno de mis hermanos sobre la sociedad perfecta. Sacamos algunas conclusiones interesantes.

La sociedad perfecta tiene que garantizar la cobertura de las necesidades básicas de los individuos que pertenezcan a ella (primer nivle de la pirámide de Maslow). Sin embargo, el resto de niveles se los tienen que ganar los individuos, ya que una sociedad feliz no es una sociedad que avance, está estancada.

Estos individuos se mueven por un impulso: ser mejores tanto en aspectos materiales como éticos. Aquí llegamos a un punto clave, si siempre quieren ser mejores, nunca llegan a serlo, el deseo de mejorar es inalcanzable porque la meta se va moviendo con el corredor (como un par de imanes con polos opuestos).

Surge la pregunta, ¿qué va a hacer que los individuos quieran mejorar continuamente?, ¿no se frustran?

La idea es que los individuos sean felices consiguiendo mejorar, pero que nunca lleguen a serlo tanto que dejen de intentarlo, que haya una distancia infinitesimal. Para hacérmelo entender mi hermano usó un símil matemático: si la felicidad es el infinito, cuando resolvemos un límite donde x tiende al infinito lo hacemos sustituyendo infinito por x; por tanto, cuando el límite de x tiene a felicidad, tenemos una sociedad en la paradoja de que es feliz y a la vez infeliz.

Esta bonita paradoja es para nosotros la clave de la construcción de una sociedad perfecta.

PD: me da la sensación que no consigo hacerme entender del todo, pero no sé cómo redactarlo, así que si no lo entendeis preguntad, por favor.

4 comentarios:

Sueño con serpientes dijo...

Vaya, me hubiera gustao estar presente en la conversación entre ricardo y jorge (que supongo tendria lugar en la "berrancia" y seria regada con sus correspondientes botellines).

XIII, no se si he entendido muy bien el post. Así que te comento lo que he entendido y me vas aclarando las dudas.
Primero. Creo que hay dos conceptos que conviene diferenciar. El concepto de libertad (ya tratado en otro interesante post), y el concepto de felicidad. Aunque la libertad es un concepto subjetivo, es decir, para cada uno significa una cosa, creo que es posible objetivizarla hasta un cierto punto. Creo que permitirnos ser libres a TODOS, debe ser una función del estado (como expresión social, y apartada de toda conexión nacionalista). Para ello, quizás debiera proveer algo más que las necesidades mínimas de subsistencia, empezando por una educación y unas posibilidades de vida "dignas". La actuación pública debe ser en todo caso medida para que no se acabe afectando de forma indeseada nuestras libertades.
Segundo. Sobre el concepto de felicidad, tengo más dudas. En cualquier caso, se trata de un término plenamente subjetivo e imposible de definir de forma universal. Para cada persona es diferente. La acción del estado debe dirigirse a permitirnos ser felices (siempre y que esta forma no sea contraria a las leyes sociales), pero no nos puede garantizar ésta.
En todo caso, y aqui demuestro que cada uno tenemos nuestro propio concepto de felicidad, para mí la felicidad no es un fin ni una meta, sino un camino. Uno no es feliz cuando consigue algo, sino durante el camino que lleva a su consecución. Por tanto, no creo que el ánimo de siempre desear algo más (en el sentido ético y material) sea incompatible con la felicidad, salvo cuando se convierte en algo patológico. No creo tampoco que el sentimiento de querer más o más sea innato al individuo humano. Los conozco incluso que tienen una proyección social de la felicidad.

"Pequeña serenata diurna". Silvio Rodriguez

XIII dijo...

Pues esta reflexión es de Antonio, que filosofa más de lo que aparenta.

No tratamos el tema de la libertad ni del concepto de felicidad. Sólo pensamos que habrá que estructurar así una sociedad para que llegase a nuestros estándares de perfección. Obviamente es una construcción teórica que empieza por el tejado, pero en estos asuntos me parece mejor pensar en el ideal y marchar hasta alcanzarlo, así no hay riesgo de que te pierdas por el camino.

Respecto a lo que comentas, sabes que En todo caso, y aqui demuestro que cada uno tenemos nuestro propio concepto de felicidad, para mí la felicidad no es un fin ni una meta, sino un camino. Uno no es feliz cuando consigue algo, sino durante el camino que lleva a su consecución. Por tanto, no creo que el ánimo de siempre desear algo más (en el sentido ético y material) sea incompatible con la felicidad, salvo cuando se convierte en algo patológico. No creo tampoco que el sentimiento de querer más o más sea innato al individuo humano. Los conozco incluso que tienen una proyección social de la felicidad.

"Pequeña serenata diurna". Silvio Rodriguezestoy de acuerdo contigo en que la libertad sólo se puede alcanzar cuando se tiene un nivel de educación adecuado, nivel que yo identifico con el pensamiento crítico. La felicidad es una materia más complicada. Si bien tienes razón en que cada uno tiene su propia meta o forma de alcanzarla, la sociedad puede contribuir a ello y proponer metas comunes.

PD: me gusta la idea de las canciones y poemas, pero seleciona los fragmentos más interesantes, porque ocupan mucho y dan pereza de leer enteras.

Unknown dijo...

¡Qué interesante!

Añado unas reflexiones propias:

1) En mi opinión, se puede ser feliz en estado cuasi-estacionario, e ilustro con un ejemplo. Una jugadora de voleibol es feliz practicando el deporte, en gran parte porque ha trabajado en equipo para llegar a estar entre los 4 mejores de Extremadura. Y no importa que no haya llegado a lo más alto, es feliz trabajando dinámicamente por mantenerse junto con sus compañeras alrededor de ese puesto.

2) El considerar la felicidad como un estado de búsqueda y superación constante no exige un límite. Modelo matemático al rescate; considerando una función exponencial, la derivada (pendiente) de la gráfica aumenta siempre. Si las opciones de realizar actividades que nos hagan algo más felices aumenta de forma exponencial, cada día podemos ser felices a sabiendas de que mañana habrá nuevas posibilidades para aumentar nuestra satisfacción.

3) "si siempre quieren ser mejores, nunca llegan a serlo, el deseo de mejorar es inalcanzable"
Recordando al barrendero de Momo, no hay que mirar toda la calle que queda por barrer, sino ponerse a ello y barrer una baldosa; después barres otra y luego otra. De vez en cuando tomas un descanso y miras atrás, para ver lo que ya has conseguido. La gente no tiene un segundo hijo porque le queden 3 para alcanzar la felicidad, sino porque observan todo lo que un hijo les ha reportado hasta ahora.

Quizás se puedan aglutinar estas opiniones.
Consideremos la felicidad como un agregado de cosas que suman un todo. Añadamos a cada una de esas cosas que conforman nuestro estado de felicidad el concepto de coste de oportunidad. Para una persona, el beneficio de ser el número uno del tenis mundial compensa las privaciones que ello implica. Para nuestra jugadora de voleibol, no compensa subir a liga de honor si no le deja tiempo para aprender a bailar.
Supongamos además que, conforme aumentan los conocimientos, surgen nuevas opciones y nuevos estados que reportan algo de felicidad. El símil sería el límite de producción de un país; los progresos tecnológicos o descubrimientos de materias permiten expandir el límite.
Con estas premisas, la felicidad podría considerarse como un estado dinámico en el que las personas buscan un equilibrio entre las diversas cosas que les proporcionan felicidad. Y el juego consiste en combinar las diversas opciones según nuestros costes de oportunidad subjetivos para lograr el máximo de felicidad disponible en un momento, integrando las nuevas posibilidades según van surgiendo. Como tener 36 puntos de construcción de personaje que se pueden gastar de muchas formas y nuevas opciones al subir de nivel, =)


En un último apunte, la infelicidad surge de tomar los costes de oportunidad (o los beneficios marginales) de otros como patrón para nuestra maximización.

XIII dijo...

Gracias por vuestras aportaciones, ayudan a contrastar las ideas.

No creo que se pueda ser feliz en un estado cuasiestacionario como argumenta Egroj. En este sentido la teoría psicológica me apoya pues se ha identificado el fenómeno de la "asimetría hedónica". Esta asimetría implica que los momentos de felicidad son pasajeros mientras que los de tristeza tienden a perdurar más en el tiempo, incluso a perpetuarse en forma de depresión. Parece que se da más una alternancia entre ambos estados (matemáticamente sería algo como una función sinoidal con tendencias).

En cuanto al modelo hay que remarcar que lo esbozamos (y digo bien porque deberíamos seguir trabajando sobre él) buscando una sociedad perfecta. Una de las primeras premisas que hicimos fue que la sociedad perfecta no es aquella donde todos sus individuos son felices si eso hace que la sociedad se quede estancada (carencia de producción intelectual). Si entendemos la felicidad cono lo hace SCS, como un camino, entonces este problema no existiría.

En cuanto al modelo matemático, tengo que admitir mi falta de conocimientos, pero nos pareció graciosa la afirmación y estuvimos explorando hasta dónde podíamos llevar este símil.

Me gusta la idea del "estado dinámico", pero me cuesta entender cómo encontramos un estado dinámico producto de un equilibrio (si entiendes equilibrio en el sentido económico), ¿podrías explicarlo mejor?

Coincido plenamente con que tomar los patrones ajenos no conducen a la felicidad. Aunque es un problema de fácil solución si te limitas a creer que eres feliz cumpliendo ese patrón sin plantearte lo que realmente quieres.