Este es el tercer post seguido que trata la misma temática. Si hace unos meses nos dio fuerte por la educación, creo que ahora nos ha dado también fuerte con los medios de comunicación.
Hace no mucho tiempo leí un libro de Chomsky que me impresionó bastante. Se llama “Los guardianes de la Libertad”. Viene a desarrollar el papel que los medios de comunicación juegan hoy en día en nuestra sociedad. Aunque el autor no sea especialmente de mi agrado, lo cierto es que propone un modelo de funcionamiento de los medios de comunicación bastante interesante y que de hecho Ricardo ha expresado (con otras palabras) de forma excepcional en su post anterior. Para Chomsky los medios de comunicación privados terminan por degenerar en medios de propaganda, de uno u otro partido. Analiza el comportamiento de diferentes medios ante diversos acontecimientos históricos y los datos resultantes son impresionantes. El autor llega a plantear que no son los gobiernos los que se sirven de los medios de comunicación, sino que en determinados países son los medios de comunicación los que se sirven de los gobiernos para alcanzar sus fines, condicionando las decisiones soberanas, o directamente instituyéndolos en el poder.
En esta entrada, quería referirme brevemente (y abro debate) al papel de los medios de comunicación en el país donde actualmente vivo: Italia. Aquí, donde conseguir una licencia para emitir en todo el territorio es realmente costoso, 6 de los 7 canales de televisión de ámbito nacional están de forma mas o menos directa, mas o menos indirecta bajo el control del PdL (partido de Berlusconi). Los tres canales públicos han visto cambiado recientemente sus estatuto para que el control del gobierno sobre ellos pueda ser más efectivo. ¿Se puede hablar en este sentido de que existe una verdadera democracia?. El ejemplo de Italia es esperpéntico. Salen a la luz todos los días nuevos casos de corrupción del gobierno, vinculaciones de altos cargos del gobierno con la mafia,.... No hay mes en la que Berlusconi o Morroni no nos deleiten con salidas de tono que de producirse en otro estado darían lugar a verdaderos escándalos públicos. ¿Por qué siguen ganado elecciones? Tiene algo que ver el control de los medios de comunicación. Si alguien tiene la oportunidad de viajar a Italia, recomiendo que encienda la tele….el planteamiento propagandístico de las cadenas de televisión es en la mayoría de los casos indisimulado. Cada vez que se acusa a la derecha de controlar los medios, argumentan que la oposición también cuenta (en el sector de la prensa escrita) con un número casi igual de medios que le son favorables. Sin embargo, aunque esto es cierto (dado que el coste de mantener un periódico no es comparable al de costear una cadena de televisión) resulta bastante claro que la capacidad de influencia de las televisiones está muy por encima de la que tienen los diarios.
27/3/09
Sobre la televisión pública
Desde hace algunos años va cobrando cada vez más fuerza (incluso desde ciertos sectores de nuestra socialdemocracia) la posibilidad de privatizar los dos canales de televisión pública de ámbito estatal que actualmente existen en nuestro país.
Las razones que alimentan tan novedosa demanda son de lo más variado. Resumiré los tres argumentos que con mayor frecuencia he escuchado. Van desde lo político a lo estrictamente económico (¡una televisión pública no puede ser rentable!)
Por un lado hay quienes postulan, no sin razón, que no tiene sentido mantener una cadena pública de televisión que además de ser un agujero negro para los fondos del estado no ofrece una programación diferente a la de las cadenas privadas, no contribuyendo por tanto a ninguno de los fines que le son propios a un estado social y de derecho.
Desde los sectores más liberales, la crítica realizada es muy diferente. Se plantea que la televisión pública termina convirtiéndose necesariamente en un instrumento de propaganda del gobierno de turno. Por desgracia, nuestra historia más reciente parece confirmar esta profecía Hayekiana (no se muy bien si existe esta palabra, espero la corrección de Alberto, Álvaro y demás apasionados de la escuela austriaca de economia….).
Un último argumento, inspirado por el fuerte cambio ideológico que desde los años 80 parece haber impregnado nuestra economía, señala que la televisión pública, precisamente por su carácter público es otra institución anacrónica de otros tiempos, cuyas estructuras internas (régimen laboral y de funcionamiento interno) impiden que pueda funcionar de manera adecuada. En opinión de esta corriente, el proceso de adaptación sería tan costoso que resulta mucho más eficiente cerrar la televisión o privatizarla (lo mismo sucedería con tantas otras empresas públicas) que reformarla.
Adelanto mi opinión. Soy partidario de una reforma profunda de la televisión pública, pero no de su cierre ni tampoco de su privatización.
La televisión puede convertirse en un vehículo fundamental de transmisión de cultura y valores, sin dejar de lado el entretenimiento. De igual forma, se constituye actualemtne en el principal vehículo por el que los ciudadanos tienen (o podrían tener) acceso a informarse de lo que ocurre. Sin embargo, también es cierto, que en los tiempos que corren la televisión puede convertirse en el más eficaz instrumento de control social, utilizado en este sentido como mecanismo educacional (quizá fuera más correcto decir anti-educacional) y propagandístico. Como decía XIII en la entrada anterior a ésta, la concentración del control de los medios de comunicación es un grave peligro para la democracia.
En mi opinión, los medios de comunicación públicos en España necesitan de una reforma estructural urgente. Es necesario dotar a estos medios de un nuevo estatuto de funcionamiento de forma que garanticen su pluralidad, la presencia de minorías y que impidan la utilización partidista que hemos visto en los últimos tiempos (con un mayor grado de disimulo por parte del PSOE). El nuevo estatuto tendría que romper con la identidad de los conceptos público y del gobierno. ¡Son dos cosas diferentes (o deberían serlo)!
Por otro lado, parece claro que también es necesaria una reforma en la programación. No tiene sentido mantener pública una empresa que no cumple unos objetivos públicos. Sin embargo, en mi opinión, la solución no es privatizarla, sino cambiarla para que comience a cumplirlos. Podemos admitir una institución pública deficitaria, o que no venga regida por los principios del máximo beneficio, pero siempre y cuando persiga unos fines socialmente deseables.
Por tanto, y con el objetivo de salvar de la privatización una de las instituciones fundamentales de nuestro sistema de bienestar y patrimonio público, ¡REFORMA DE LA TELEVISIÓN PÚBLICA YA!
Las razones que alimentan tan novedosa demanda son de lo más variado. Resumiré los tres argumentos que con mayor frecuencia he escuchado. Van desde lo político a lo estrictamente económico (¡una televisión pública no puede ser rentable!)
Por un lado hay quienes postulan, no sin razón, que no tiene sentido mantener una cadena pública de televisión que además de ser un agujero negro para los fondos del estado no ofrece una programación diferente a la de las cadenas privadas, no contribuyendo por tanto a ninguno de los fines que le son propios a un estado social y de derecho.
Desde los sectores más liberales, la crítica realizada es muy diferente. Se plantea que la televisión pública termina convirtiéndose necesariamente en un instrumento de propaganda del gobierno de turno. Por desgracia, nuestra historia más reciente parece confirmar esta profecía Hayekiana (no se muy bien si existe esta palabra, espero la corrección de Alberto, Álvaro y demás apasionados de la escuela austriaca de economia….).
Un último argumento, inspirado por el fuerte cambio ideológico que desde los años 80 parece haber impregnado nuestra economía, señala que la televisión pública, precisamente por su carácter público es otra institución anacrónica de otros tiempos, cuyas estructuras internas (régimen laboral y de funcionamiento interno) impiden que pueda funcionar de manera adecuada. En opinión de esta corriente, el proceso de adaptación sería tan costoso que resulta mucho más eficiente cerrar la televisión o privatizarla (lo mismo sucedería con tantas otras empresas públicas) que reformarla.
Adelanto mi opinión. Soy partidario de una reforma profunda de la televisión pública, pero no de su cierre ni tampoco de su privatización.
La televisión puede convertirse en un vehículo fundamental de transmisión de cultura y valores, sin dejar de lado el entretenimiento. De igual forma, se constituye actualemtne en el principal vehículo por el que los ciudadanos tienen (o podrían tener) acceso a informarse de lo que ocurre. Sin embargo, también es cierto, que en los tiempos que corren la televisión puede convertirse en el más eficaz instrumento de control social, utilizado en este sentido como mecanismo educacional (quizá fuera más correcto decir anti-educacional) y propagandístico. Como decía XIII en la entrada anterior a ésta, la concentración del control de los medios de comunicación es un grave peligro para la democracia.
En mi opinión, los medios de comunicación públicos en España necesitan de una reforma estructural urgente. Es necesario dotar a estos medios de un nuevo estatuto de funcionamiento de forma que garanticen su pluralidad, la presencia de minorías y que impidan la utilización partidista que hemos visto en los últimos tiempos (con un mayor grado de disimulo por parte del PSOE). El nuevo estatuto tendría que romper con la identidad de los conceptos público y del gobierno. ¡Son dos cosas diferentes (o deberían serlo)!
Por otro lado, parece claro que también es necesaria una reforma en la programación. No tiene sentido mantener pública una empresa que no cumple unos objetivos públicos. Sin embargo, en mi opinión, la solución no es privatizarla, sino cambiarla para que comience a cumplirlos. Podemos admitir una institución pública deficitaria, o que no venga regida por los principios del máximo beneficio, pero siempre y cuando persiga unos fines socialmente deseables.
Por tanto, y con el objetivo de salvar de la privatización una de las instituciones fundamentales de nuestro sistema de bienestar y patrimonio público, ¡REFORMA DE LA TELEVISIÓN PÚBLICA YA!
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Mundo,
Sociología,
Sueño con serpientes
24/3/09
La muerte de un "bloguero"
Leo hoy en El País que el miércoles murió el joven Omid Reza Mir-Sayafi, de 25 años, en Irán mientras cumplia en prisión una pena de 2 años y medio, ingresó este febrero, por insultar en su blog al líder supremo Jamenei y al imán Jomeini.
Según palabras, aunque no exactas de Stiglitz, un requisito indispensable de la sociedad democrática es la presencia de medios de comunicación plurales y críticos.
¿Existen estos medios? Pues en España, la comunicación se encuentra dominada por un puñado de grandes grupos con una clara tendencia política. Hace un tiempo se intentaba dar una imagen de imparcialidad, pero ahora que se considera normal el sesgo político han caído las máscaras. Quien no me crea que ojee varios telediarios o periódicos.
Podría argumentarse que la existencia de ideologías opuestas garantiza la crítica. Es verdad, pero no es suficiente, que un medio de izquierdas critique a la derecha es normal y no se le da gran importancia, además obviamos por irrelevante la opinión que se queda fuera de los medios por no suscribir alguan de las ideologías. Lo que sería realmente eficaz es una actividad crítica del periodista continua y con independencia del partido en el poder.
Frente a este vacío Internet nos proporciona herramientas para que cualquiera difunda su opinión y ejerza la libertad de expresión. Obviamente, toda acción tiene una reacción y muchos países ejercen limitaciones al acceso y difusión de información por esta vía, pero creo que la Red es imparable y que con ella, si todos nos esforzamos, podemos alcanzar un nivel superior de democracia.
Manifiesto mi pesar por la desafortunada muerte de una persona que estaba dispuesta a decir lo que pensaba.
Según palabras, aunque no exactas de Stiglitz, un requisito indispensable de la sociedad democrática es la presencia de medios de comunicación plurales y críticos.
¿Existen estos medios? Pues en España, la comunicación se encuentra dominada por un puñado de grandes grupos con una clara tendencia política. Hace un tiempo se intentaba dar una imagen de imparcialidad, pero ahora que se considera normal el sesgo político han caído las máscaras. Quien no me crea que ojee varios telediarios o periódicos.
Podría argumentarse que la existencia de ideologías opuestas garantiza la crítica. Es verdad, pero no es suficiente, que un medio de izquierdas critique a la derecha es normal y no se le da gran importancia, además obviamos por irrelevante la opinión que se queda fuera de los medios por no suscribir alguan de las ideologías. Lo que sería realmente eficaz es una actividad crítica del periodista continua y con independencia del partido en el poder.
Frente a este vacío Internet nos proporciona herramientas para que cualquiera difunda su opinión y ejerza la libertad de expresión. Obviamente, toda acción tiene una reacción y muchos países ejercen limitaciones al acceso y difusión de información por esta vía, pero creo que la Red es imparable y que con ella, si todos nos esforzamos, podemos alcanzar un nivel superior de democracia.
Manifiesto mi pesar por la desafortunada muerte de una persona que estaba dispuesta a decir lo que pensaba.
11/3/09
Economía de andar por casa
Ayer, mientras estaba en la calle leyendo el periódico, no pude evitar escuchar la conversación que tenían dos chicas de entre veinticinco y ventisiete años. El asunto me sorprendió mucho, ¡estaban hablando de economía!, en particular abordaban el tema de la crisis económica.
Según la que llevaba la voz cantante, el Gobierno debería hacer algo porque los bancos no dan dinero (de acuerdo), había empresas viables que no podían continuar con su actividad por la inaccesibilidad del crédito (vale), es que la empresa de su padre estaba pasando apuros (una pena). Hasta aquí no hay pegas, pero ahora empieza a molar. "Y es que la culpa es de los inmigrantes" (¿y eso?), según la chica su padre le había contado que los bancos le habían prestado todo el dinero a inmigrantes y "gente así" por lo que ahora no podían prestar al resto, a los que lo necesitaban, que eso era el motivo de la crisis... casi me corto un trozo de lengua cuando me la mordia para no entrar en la discusión.
¿Qué le contaría el padre?, ¿qué entendió ella? y ¿qué sacará en claro la pobre amiga?
Es sorprendente la facilidad con que se puede reducir algo TAN COMPLICADO como esta, o cualquier, crisis económica. A medida que la situación ha ido empeorando y la palabra crisis se ha ido asentando profundamente en nuestros corazones, también han ido surgiendo toda clase de expertos economistas de la calle. Estos expertos conocen los motivos de la crisis, que son muy simples y obvios, la vieron venir (aunque no dijeron nada para no alterar el continuo espacio tiempo) y están dispuestos a compartir con cualquiera que les escuche su sabiduría. Parece de broma, ¡se les escucha!... ¿por qué será?
Creo que la respuesta está en nuestra naturaleza cómoda, preferimos aquellas explicaciones que nos son fácilmente aprhensibles como ya expliqué en un post y, sobre todo, estamos mucho más dispuestos a creer lo que nos cuentan que a comprobar la veracidad de la información.
Quiero terminar el artículo haciendo un llamamiento: si no sabes de un tema, infórmate primero, piensalo mucho después y habla en último lugar.
PD: yo debería ser el primero en aplicármelo.
Según la que llevaba la voz cantante, el Gobierno debería hacer algo porque los bancos no dan dinero (de acuerdo), había empresas viables que no podían continuar con su actividad por la inaccesibilidad del crédito (vale), es que la empresa de su padre estaba pasando apuros (una pena). Hasta aquí no hay pegas, pero ahora empieza a molar. "Y es que la culpa es de los inmigrantes" (¿y eso?), según la chica su padre le había contado que los bancos le habían prestado todo el dinero a inmigrantes y "gente así" por lo que ahora no podían prestar al resto, a los que lo necesitaban, que eso era el motivo de la crisis... casi me corto un trozo de lengua cuando me la mordia para no entrar en la discusión.
¿Qué le contaría el padre?, ¿qué entendió ella? y ¿qué sacará en claro la pobre amiga?
Es sorprendente la facilidad con que se puede reducir algo TAN COMPLICADO como esta, o cualquier, crisis económica. A medida que la situación ha ido empeorando y la palabra crisis se ha ido asentando profundamente en nuestros corazones, también han ido surgiendo toda clase de expertos economistas de la calle. Estos expertos conocen los motivos de la crisis, que son muy simples y obvios, la vieron venir (aunque no dijeron nada para no alterar el continuo espacio tiempo) y están dispuestos a compartir con cualquiera que les escuche su sabiduría. Parece de broma, ¡se les escucha!... ¿por qué será?
Creo que la respuesta está en nuestra naturaleza cómoda, preferimos aquellas explicaciones que nos son fácilmente aprhensibles como ya expliqué en un post y, sobre todo, estamos mucho más dispuestos a creer lo que nos cuentan que a comprobar la veracidad de la información.
Quiero terminar el artículo haciendo un llamamiento: si no sabes de un tema, infórmate primero, piensalo mucho después y habla en último lugar.
PD: yo debería ser el primero en aplicármelo.
10/3/09
Reingeniería institucional
Hola a todos y disculpas por el retraso en la actualización.
Hoy se me ha ocurrido escribir sobre un tema que puede (y pretendo que lo haga) provocar.
En una asignatura de la universidad nos han hablado sobre un nuevo enfoque de las reformas de la empresa: la reingeniería de procesos.
¿Qué es la reingeniería de procesos? Su nombre es más complicado que el propio concepto. Se trata simplemente de replantearse, en el ámbito organizativo o productivo, como si empezásemos de cero; responder a la pregunta ¿cómo organizaríamos esto si acabásemos de iniciar el negocio?
Me parece una herramienta de análisis muy poderosa. Es muy probable, en empresas con muchos años de trayectoria, que los motivos que dieron lugar a una determinada disposición de la producción o administración hayan desaparecido o cambiado. Aplicando esta herramienta podemos descubrir cuáles son las pautas que no se corresponden con la realidad actual y cambiarlas para adaptarse mejor.
Os preguntaréis a cuento de qué viene este rollo. Pues bien, aquí está mi aportación: ¿por qué no usamos esta reingeniería en el ámbito del Estado?
Está claro que la Administración Pública podría beneficiarse de un nuevo enfoque en sus procedimientos que limitase la carga burocrática y ya hay iniciativas al respecto, pero quiero ir más allá, replanteemonos qué instituciones son necesarias y cuáles no en un Estado democrático de derecho moderno. Yo voy a ir proponiendo algunas, para abir boca.
El Senado: en principio creada con la intención de ser una cámara de representación territorial para reconocer y dar satisfacción al pluralismo que caracteriza al Reino. Actualmente sus funciones son meramente residuales respecto del Congreso, aunque se supone que debería controlar los textos que emanan del primero, son contados los casos en que ha hecho ejercicio de esta potestad. También tiene otras funciones atribuidas por la Constitución para la relación de las Cámaras con las Comunidades Autónomas. En fin, los únicos beneficiados de su existencia son los propios senadores y demás trabajadores de éste; por qué no nos quitamos este lastre de encima (con los ahorros consecuentes) o lo refomamos para que pueda cumplir realmente su función.
El sistema judicial (sólo comentaré algunas cosas para no hacer interminable el artículo): ¿qué sentido tiene la existencia de toga?, ¿por qué los jueces y magistrados no reciben cursos de redacción para que las sentencias sean inteligibles por los mortales no juristas*?, ¿es necesario el uso de lenguaje decimonónico dirigirse a la justicia?, ¿unos Tribunales Supremo y Constitucional con jueces entre 50 y 70 (edad aproximada) pueden interpretar la Ley para adaptarla a la sociedad del momento?
Los procuradores: para quien no los haya sufrido se trata de personas a las que tienes que contratar obligatoriamente (salvo juicios de muy pequeña entidad) para que lleven papeles (actividad que pueden delegar en, por ejemplo, becarios). Hace 100 años podrían ser útiles pero con comunicaciones casi instantáneas...
El protocolo en general: hay aspectos cercanos a la educación y a la etiqueta que son realmente necesarios, pero que levante la mano aquél al que no le da la risa cuando ve un desfile de profesores de universidad en un acto oficial (si tienes curiosidad ten cuidado porque puede provocar epilepsia).
No quiero aburrir más, creo que he dejado clara mi postura. Os animo a que comentéis incluyendo, si se os ocurre, alguna institución que pudiera ser "reinventada".
*Con cursos monográficos sobre el uso de la puntuación para a los magistrados de las más altas esferas de la justicia?
Hoy se me ha ocurrido escribir sobre un tema que puede (y pretendo que lo haga) provocar.
En una asignatura de la universidad nos han hablado sobre un nuevo enfoque de las reformas de la empresa: la reingeniería de procesos.
¿Qué es la reingeniería de procesos? Su nombre es más complicado que el propio concepto. Se trata simplemente de replantearse, en el ámbito organizativo o productivo, como si empezásemos de cero; responder a la pregunta ¿cómo organizaríamos esto si acabásemos de iniciar el negocio?
Me parece una herramienta de análisis muy poderosa. Es muy probable, en empresas con muchos años de trayectoria, que los motivos que dieron lugar a una determinada disposición de la producción o administración hayan desaparecido o cambiado. Aplicando esta herramienta podemos descubrir cuáles son las pautas que no se corresponden con la realidad actual y cambiarlas para adaptarse mejor.
Os preguntaréis a cuento de qué viene este rollo. Pues bien, aquí está mi aportación: ¿por qué no usamos esta reingeniería en el ámbito del Estado?
Está claro que la Administración Pública podría beneficiarse de un nuevo enfoque en sus procedimientos que limitase la carga burocrática y ya hay iniciativas al respecto, pero quiero ir más allá, replanteemonos qué instituciones son necesarias y cuáles no en un Estado democrático de derecho moderno. Yo voy a ir proponiendo algunas, para abir boca.
El Senado: en principio creada con la intención de ser una cámara de representación territorial para reconocer y dar satisfacción al pluralismo que caracteriza al Reino. Actualmente sus funciones son meramente residuales respecto del Congreso, aunque se supone que debería controlar los textos que emanan del primero, son contados los casos en que ha hecho ejercicio de esta potestad. También tiene otras funciones atribuidas por la Constitución para la relación de las Cámaras con las Comunidades Autónomas. En fin, los únicos beneficiados de su existencia son los propios senadores y demás trabajadores de éste; por qué no nos quitamos este lastre de encima (con los ahorros consecuentes) o lo refomamos para que pueda cumplir realmente su función.
El sistema judicial (sólo comentaré algunas cosas para no hacer interminable el artículo): ¿qué sentido tiene la existencia de toga?, ¿por qué los jueces y magistrados no reciben cursos de redacción para que las sentencias sean inteligibles por los mortales no juristas*?, ¿es necesario el uso de lenguaje decimonónico dirigirse a la justicia?, ¿unos Tribunales Supremo y Constitucional con jueces entre 50 y 70 (edad aproximada) pueden interpretar la Ley para adaptarla a la sociedad del momento?
Los procuradores: para quien no los haya sufrido se trata de personas a las que tienes que contratar obligatoriamente (salvo juicios de muy pequeña entidad) para que lleven papeles (actividad que pueden delegar en, por ejemplo, becarios). Hace 100 años podrían ser útiles pero con comunicaciones casi instantáneas...
El protocolo en general: hay aspectos cercanos a la educación y a la etiqueta que son realmente necesarios, pero que levante la mano aquél al que no le da la risa cuando ve un desfile de profesores de universidad en un acto oficial (si tienes curiosidad ten cuidado porque puede provocar epilepsia).
No quiero aburrir más, creo que he dejado clara mi postura. Os animo a que comentéis incluyendo, si se os ocurre, alguna institución que pudiera ser "reinventada".
*Con cursos monográficos sobre el uso de la puntuación para a los magistrados de las más altas esferas de la justicia?
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