Detrás de este nombre yace una idea que tuvimos mi compañero de piso y yo. El caso es que con el tiempo, el "gordo-test" (patente pendiente) se ha ido aposentando como uno de mis mecanismos preferidos para romper un silencio incómo, picar a la gente y conocer mejor a las personas. Voy a plantearlo y espero no ofender a nadie.
Imagina que una empresa de líneas aéreas decide que los pasajeros realmente obesos, y me refiero exclusivamente a aquellos cuya masa corporal es tal que ocupan más de un asiento en el avión , han de pagar sobrecargo para ir en primera o dos billetes de turista. ¿Qué te parece la decisión?
El caso es que ya ha pasado, desencadenando debate y controversia. Me gustaría que cada uno dedicase unos minutos a responder a esta pregunta. En unos días pondré el segundo post con los resultados y explicando cómo usar este test para conocer a la gente.
16/4/09
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11 comentarios:
"los costes del transporte suelen ir en función del peso y el volumen", estaría de acuerdo si en vez de hablar de personas hablaramos de bultos, con una etiqueta en la cabeza y nos cargaran con el toro mecánico. Factores a tener en cuenta:
1. Personalidad
2. La obesidad en muchos casos es una enfermedad -mórbida-.
3. ¿Donde está el baremo? Carnet de obesidad, básculas en los aeropuertos o cláusula de peso en los contratos.
4. Igualdad forma y material.
5. Otros secundarios.
Pues mójate Otrebla, ¿por qué solución te decantas?
Obvia y vulgarmente: "ni de coña!". La libertad de empresa ha de tener límites. Si, ya podeis tacharme de lo que queraís.
Desde luego no es lo mismo "peso y volumen" en personas que en bultos...
Pero en realidad, debe tenerse en cuenta que si una persona viaja en avión, y paga su billete, no tiene por qué ir incómoda porque haya una persona extremadamente (importante matiz) obesa a su lado, de forma que ocupe parte de su asiento.
No se trata de "penalizar la obesidad", sino de evitar que el pasajero vaya incómodo: no hace falta especificar cuántas molestias puede suponer un asiento turista ya de por sí, para encima no tener siquiera ese espacio...
Otrebla: la libertad de empresa, por supuesto, ha de tener límites. Pero si yo pago mi asiento, no es lógico que otro se "coma" (perdón por el chiste fácil) mi libertad de espacio.
Muchísimos matices hay aquí...
Por un lado, si nos situamos en el sistema capitalista, y en un mundo individualisa y liberal, no me queda otra cosa que defender, en primer lugar, la libertad de la empresa y los derechos de los demás pasajeros. Mi razonamiento en este sentido es el siguiente - cada persona es libre de ser como quiere y hacer lo que quiere (incluyendo lo de atiborrarse de comida cada día). ¿Qué pasa? pues que ha de sufrir las consecuencias de sus acciones. El único problema lo plantean las personas que son obesas por causa de una enfermedad (y no al revés) pero creo que actualmente son una minoría y se podría buscar una solución especial para ellos. Corriganme pero creo que la mayoría de las personas obesas (sobre todo en USA y Reino Unido) son así por motivos que dependen de ellos mismos.
Pues bien, si lo que queremos es defender los derechos fundamentales y la dignidad de las personas, con lo cual estoy muy de acuerdo, entonces, en mi opinión, debemos buscar otro sistema con otras prioridades y otras reglas que las que rigen el mundo en la actualidad. Es en este sistema en el que el papel y las facultades de las empresas serían muy diferentes y sería coherente regularlas y limitarlas.
Estando donde estamos, yo estaría a favor de esta medida que toma la empresa. Una razón adicional es que se crea de esta forma un incentivo a las personas a mantener una vida medianamente sana! Con lo cual estoy muy de acuerdo. Eso sí, exigiría que se busque una solución especial para las personas que realmente están enfermas.
Espero haberme explicado con claridad ;)
1º La política social y económica pertenece al Estado y si bien puede actuar de modo exclusivo también lo podrá hacer a traves de las empresas. ¿Se trata de incentivar "la vida sana" o el simple hecho de cobrar por peso los "bultos" humanos? Si nos encontraramos ante la primera opción el Estado de forma paternalista debería encargarse de esas cuestiones -educación nutricional, políticas extrafiscales, etc-, si cada empresa pudiera imponer pautas sociales iríamos de cabeza. Sobre la segunda opción me pregunto cual es el objetivo empresarial: aumentar el beneficio o favorecer a los otros pasajeros, si es aumentar el beneficio no se tiene en cuenta las inquietudes de los otros pasajeros y si se trata de favorecer a los otros pasajeros obviando el reporte dinerario la solución sería la imposición de asientos adecuados. Se me dirá que ambos son los objetivos; es claro, también lo considero así pero el único modo de justificar tal política sería la de favorecer al otro pasajero -todo no se puede- (A mi juicio ya en el mundo del marketin sería una mala opción, las estadísticas sobre obesidad en EEUU son importantes, de ahí que me incline a pensar que se trata de aumentar los beneficios).
2º De acuerdo Xana, situemonos en un sistema liberal. Más concretamente en el neoliberal -libertario en todo caso-. Creo que desde esa perspectiva tabién sería justificable la intervención estatal partiendo de la base de que tal medidad no se aplicaría de manera igualitaria ya que va dirigina al pasajero común mientras que no atañe al de más elevadas clases. Si, los asientos son más grandes en la primera clase por lo que los obesos ricos podrán costearse una plaza mientras que los obesos pobres tendrán que costearse dos plazas en clase común (que seguramente se igualaría con el primero). ¿Dónde queda la igualdad de oportunidades? Existiría un fallo de sistema desde el primer momento.
3º Registro público de obesidad: estareís conmigo en que tal medida de implantarse no puede ser arbitraria por lo que debería existir una denigrante regulación. ¿Expedimos un carnet donde ponga si se es obeso de manera justificada o no por enfermedad para exonerar del recargo? ¿Dónde ponemos el límite? No lo llevo al extremo: ¿Os imaginais básculas en las puertas de embarque? Se puede poner cajones como los que rayanair y otras compañias ponen para ver si caben las maletas que pueden subir al avión para las persoas obesas.
En todo caso y si no pudiese salvarse esta cuestión el responsable subsidiario de no aceptar la empresa el suyo sería a cargo de Eestado por lo que sería este donde debería repercutirse el recargo.
Ya es hora de que yo ponga mi granito de arena.
Para mi la decisión se soluciona con una analogía simple. Una persona de peso normal come un plato de espaguetis en un restaurante y se llena. Sin embargo, su amigo muy gordo necesita comer dos para llenarse, ¿cuánto ha de pagar cada uno?
Si dejamos que el obeso aplaste al viajero que ocupe el lugar del lado estamos dividiendo la cuenta de la comida a la mitad.
Si obligamos a la empresa a poner asientos especiales, esto reduciría las plazas en el avión y el precio subiría para todos, es decir, todas las personas del restaurante ayudan a pagar la comida extra del gordo.
Se habla mucho de discriminación cuando se tratan las plazas de avión, pero no se ve tanto cuando hablamos de otros servicios. Y recordemos que las personas vuelan de vez en cuando pero comen todos los días (en los países ricos), ¿deberían tener subvenciones para la comida por su situación?
Me parece una solución muy buena la adoptada por una aerolínea que sólo exigía el pago de un billete extra cuando no se pudiesen bajar los brazos del asiento ni cerrar el cinturón de seguridad por el tamaño del pasajero, es más, si se le podía reubicar lo harían sin pago adicional.
Admito que si lo llevamos al extremo, con básculas y demás, el resultado puede ser contraproducente, pero no entiendo por qué una persona que ocupa dos asientos no ha de pagar por ellos.
XIII: es la diferencia entre objeto y sujeto la que responde a tu pregunta.
Otrebla, hago varias preguntas:
- "¿cuánto ha de pagar cada uno?"
Un objeto no tiene que pagar, un sujeto sí. El criterio no son sus necesidades sino el consumo de servicios que se hace. Ni la persona obesa protesta por pagar más cuando come más, no veo por qué esto puede limitar o afectar a su subjetividad.
- "¿deberían tener subvenciones para la comida por su situación?"
Es una pregunta retórica usada para ilustrar mi posición. Añado que sí se ayuda a las personas en situación de necesidad (el deber de alimentos o la actuación de los mecanismos de seguridad social del Estado, por ejemplo), pero nunca se ha considerado necesidad la obesidad, por muy enfermedad que se pueda considerar.
- "no entiendo por qué una persona que ocupa dos asientos no ha de pagar por ellos"
Hay que tratar a las personas como tales, pero no se pueden obviar sus circunstancias personales objetivas y pretender que tenerlas en cuenta sea tratar a las personas como objeto es una falacia.
Te pongo un ejemplo: una persona que tiene el síndrome de Tourette en su versión más extrema, no para de gritar y molestar a todo el mundo, ¿crees que no se le está tratando como persona cuando no se le permita volar o se le condicione a hacerlo sedado?
Se ha animado el debate, de lo cual me alegro (era el objetivo original del gordo-test):
1. Lo de las básculas es una medida bastante extrema, y dudo mucho que fuera posible (en términos políticos) su implantación. Además, tampoco sería necesaria: he viajado bastante en avión, y en muy pocas ocasiones he visto a una persona extremadamente obesa. La medida se podría aplicar caso por caso, no es necesario instaurar ningún tipo de sistema (básculas, DNI-Obesa).
2. Hay que tener en cuenta las características personales: si le quitásemos el derecho al voto a los muy-obesos, nadie estaría de acuerdo. ¿Por qué? Porque el hecho de que sean gordos no supone que no tengan una adecuada capacidad mental. Sin embargo, a la hora de viajar, el hecho de que sean gordos influye directamente en su "derecho" a volar. Y no influyen ya en el suyo, sino en el derecho de los demás.
3. ¿Por qué yo tengo menos derecho a volar (me hace ir incómodo) que una persona que "ocupa mucho"? ¿Por "altruismo"? ¿"Humanidad"? Ojalá todos tuviéramos el mismo acceso y la misma igualdad de oportunidades...pero tratándose de viajes...no nos encontramos ante unas condiciones mínimas, bienes o servicios de primera necesidad.
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